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Pocos sitios hay para jugar al golf en Madrid que tengan un patrimonio natural como el Club de Golf Retamares.

Como ya os hemos contado, el mantenimiento de este club de golf es uno de sus pilares básicos. A este mantenimiento de las instalaciones se suma el cuidado de la flora y fauna del club. El resultado es una naturaleza espectacular que brinda un marco único para jugar al golf en Madrid. Vamos a ver por qué.

Zona de especial protección para las aves

Enclavado en una zona de especial protección para las aves, el Club de Golf Retamares alberga especies que se pueden ver nadando en sus lagos, como los tarros canela, pollas de agua o los patos silvestres, entre otros.

A primera hora de la mañana, si se pasea por cualquier calle del campo, se cruzarán en el camino bandadas de perdices.

Además de aves, por las calles y el rough es fácil encontrarse con conejos y, aunque sean más esquivas, también es posible ver algunas liebres.

Una peculiar flora

En cuanto a la flora, destaca la retama, arbusto que da nombre a este club. De hecho, antes de ser campo de golf, la finca era un retamar.

En el año 2007, se plantaron 10.000 unidades que ahora permiten disfrutar del espectáculo del color amarillo de su floración durante la primavera tardía. En pocos campos de golf en Madrid puede verse un paisaje similar.

Además de este arbusto, en el Club de Golf Retamares destaca, por ser muy característica y poco conocida, la orquídea que nace en mayo en las zonas de monte. Se trata de una de las pocas salvajes que se pueden encontrar en Madrid y que se aprecia fácilmente a la izquierda del tee del hoyo 3, en esa zona de monte, o en la bajada del camino del 15.

También es posible encontrar plantas aromáticas como el tomillo o la jara.

Jugar al golf en Madrid con los árboles como testigos

Entre el arbolado, destaca el ejemplar de encina ubicado frente al tee del 5, a su izquierda, al inicio de la calle. Es la más longeva del Club y es todo un símbolo en la localidad de Alalpardo, donde se ubica el club.

Pueden apreciarse más encinas en determinados puntos del campo, como por ejemplo detrás del green del 9.

El Club de Golf Retamares se repobló también con robles, en toda la izquierda del hoyo 13, que se engalanan en otoño con sus característicos tonos ocres. Y, por supuesto, el pino piñonero, gran protagonista de Retamares y árbol predominante, dada su resistencia a suelos tan duros y pobres.

También hay grupos de liquidámbares, a la derecha de la calle 12, y de olivos, entre los hoyos 7 y 8.

En los parkings los protagonistas son los “plátanos de sombra”, haciendo gala de su nombre en verano.

A título anecdótico, sorprende un reducido grupo de alcornoques en la pradera que transcurre entre la casa club y el lago del 18, plantados en el origen del club, que sobreviven a los fríos invernales a los que no están acostumbrados en su hábitat.