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Hace unos días te hablamos de la historia del golf y pudiste conocer algunos datos curiosos de este deporte. Pero hoy queremos centrarnos en un aspecto muy concreto, el green. En el post de hoy profundizaremos en cómo ha cambiado el terreno de juego a lo largo de la historia.

¿Te has preguntado alguna vez cómo era el green cuando se comenzó a jugar al golf? Los campos de golf no siempre tuvieron 18 hoyos. Por ejemplo, el campo de Saint Andrews, que ocupaba una franja estrecha de tierras en los terrenos de María I de Escocia, tenía 11 hoyos. Éstos estaban distribuidos desde la sede del club hasta los límites de la propiedad. Se jugaban desde dicho club hasta el límite del campo y luego a la inversa, siendo en total 22 hoyos.

El cambio llegó en 1764, cuando se combinaron algunos hoyos, ya que éstos eran muy cortos. De esta manera el número se redujo de 11 a 9, pasando a ser el recorrido completo (ida y vuelta) de 18 hoyos. Puesto que Saint Andrews ostentaba el estatus de capital del golf, el resto de green fueron modificándose de manera progresiva y el campo de 18 hoyos se convirtió en el estándar.

Pero a lo largo de la historia del golf, no sólo ha cambiado este aspecto de los green, también su cuidado es diferente e, incluso, las nuevas tecnologías han hecho acto de presencia.

Los datos más curiosos de los cambios del green en todos estos años los aporta Mike Hurdzan, doctor en fisiología medioambiental del césped y ex presidente de American Society of Golf Course Architects. Hurdzan publicó una serie de artículos en los que explicaba cómo han evolucionado los campos de golf, si bien se centra en los cambios experimentados en los green estadounidenses.

Así, el ganado era parte fundamental para el mantenimiento de los campos de golf. Ovejas, cabras y vacas no sólo mantenían el estado de la hierba, gracias al pastoreo, sino que contribuían con sus deposiciones a fertilizarlo. En esta época sólo se usaba estiércol y abono vegetal para los green y apenas se regaban. Incluso las enfermedades o insectos sólo se trataban con una mezcla de azufre y cal.

Muy pocas veces eran segados por la mano del hombre, sino que se empleaban carros tirados por caballos y cortacésped de hoces, así como pesadas apisonadoras.

En lo que respecta al riego, fue a principios del siglo XX cuando comenzaron a introducirse sistemas mediante tuberías, de manera que en los años 20 casi todos tenían sistemas de riego al menos en los green. El abaratamiento de los motores eléctricos y la mejora de los pulverizadores fueron el siguiente paso.

De igual forma poco a poco fueron introduciéndose algunas sustancias químicas para el cuidado del campo de golf, hasta el punto que en los green modernos son complejos sistemas, modelados por físicos y químicos del suelo. Algunos, incluso, se construyen directamente sin suelo. Además, el césped suele estar seleccionado genéticamente y se mantiene gracias a la investigación en laboratorios.