El vocabulario, los palos, los golpes… cuando comienzas a jugar al golf surgen muchas dudas. Como referentes del golf en Madrid, desde el club Retamares queremos ayudarte. Ya te contamos los primeros pasos que tenías que dar para jugar al golf. Hoy vamos a hablarte de uno de los elementos fundamentales para la práctica de este deporte: la bola.
Lo primero que tienes que saber es que existen dos tipos de bolas según la finalidad de las mismas. Las bolas de entrenamiento se presentan de color amarillo o blanco con un círculo rojo. Por su parte, las bolas de competición son las que estamos habituados a ver, completamente blancas.
En cuanto a su composición, la bola de golf está compuesta fundamentalmente de dos partes: núcleo y cubierta.
Por lo general, el núcleo se compone de materiales como el poliuretano y el surlyn, es decir, materiales sintéticos. Es la parte más importante de la bola porque de él depende la velocidad del swing durante el golpeo. Es el motor de la bola. Hay diferentes tipos de núcleo: de dos capas de distancia, dos capas de baja compresión, de tres capas y multicapas.
En las bolas de tres capas o más encontramos también el “manto”, una fina capa entre la cubierta y el núcleo. Su objetivo es mantener la forma de la bola en el momento del golpe e impedir que la bola deformada gire.
Para el manto se utilizan materiales cerámicos, metales o compuestos (carburo de silicona, vidrio, carbono, materiales de algodón, lino… o combinaciones de los mismos.
La cubierta, por su parte, es la parte visible de la bola, una capa fina que influye tanto en el vuelo como en el efecto generado por el golpe. Cuando vemos diferencia de precio en las bolas, suele estar relacionado con el material del que está hecho la cubierta. El surlyn (resina) es resistente y aumenta la durabilidad de la bola, pero reduce el efecto. Las bolas con esta cubierta son más baratas que las realizadas con uretano, un polímero que ofrece mejor agarre a la cara del palo y más dosis de back spin.
Sobre la cubierta veremos los característicos hoyuelos gracias a los cuales se reduce la fuerza que frena la bola y permite que ésta pueda llegar más lejos. Las bolas de alta calidad poseen entre 300 y 500 hoyuelos.
Ésta es una aproximación a la bola como uno de los elementos fundamentales de la práctica del golf. En próximas entregas te ayudaremos a conocerla en profundidad, con algunos consejos para ayudarte a elegir las mejores y algunos trucos para que te conviertas en un as del golf.
Y si este post no te ha parecido suficiente y conocer más acerca de este deporte, siempre puedes acudir a nuestra escuela de golf en Madrid. En el Club de Golf Retamares estaremos encantados de recibirte.